Aléjate.

Las personas tóxicas se presentan como malas, negativas, chantajistas, burlonas… que no hacen bien a nadie.

Las excluimos porque no pueden aspirar a más, a ninguna otra cualidad.

Las criticamos para que se queden lejos, recluidas en sus casas esperando reducir el daño.

 

Pero la mayoría no sabe que una persona tóxica no deja de ser divertida, cariñosa o feliz.

Quizás no son conscientes de su otra cara como una especie de Dr. Jekyll y Mr. Hyde.  

 

Yo creo que todos tenemos algo tóxico que es originado o fomentado por nuestras propias inseguridades.

Alguien que se siente mal consigo mismo, podría desaprobar duramente del físico de los demás con una sola mirada.

Alguien que se entrega a la pereza con un trabajo escolar (por ejemplo), intentará arrastrar a sus compañeros para no ser excluido.

 

Y así sucesivamente.

 

De esta teoría mía, concluyo que;

 

Si se trabaja una cosa, la otra desaparece. Podemos dejar de contaminarnos los unos a los otros.

 

Porque después de todo, las inseguridades suelen ser pasajeras.