Distante.

Echo en falta nuestra complicidad y sus miradas. Intercambiar (son)risas cuando estamos sentados a la mesa.

Hablarte y que no tengas los cascos puestos al máximo volumen. 

Ser tu hermana mayor, aconsejarte, consolarte.

Escuchar tu voz en otro tono que no sea enfadado. Irritable. Molesto.

Echo de menos sentir que perteneces a la familia.

Pero parece que todo esto forma parte del pasado, como un recuerdo lejano, te noto desvanecer.

 

Eres el último planeta del sistema solar, el más alejado de los demás. 

Tu órbita personal es egocéntrica.

Aislado en frialdad, de atmósfera impenetrable. Turbulenta e inaccesible, esta misión resulta imposible. 

Arriba en la superficie, se libran batallas dolorosas que preferiría olvidar. Bajo ella, estallan volcanes hirvientes de rabia. 

Estás lleno de cráteres y cicatrices sin historias dignas de contar.

 

Te echo de menos a ti, por encima de las anteriores cosas. 

Y tú no te das ni cuenta.