A world away.
El título de este artículo es un dicho muy popular en inglés para referirse a algo que está muy lejos. Como la distancia entre dos planetas. La aprendí de mi profesor irlandés (de historia), cuando se enteró que había estado en la India:
“But that’s a world away!”
“Yes I know, I know (lo sé, lo sé)” le contesté.
De eso hace cuatro años pero últimamente, nuestro viaje protagoniza muchas de las conversaciones cotidianas. Yo suelo ser quien las alenta porque me quejo constantemente, del calor que hace en Sevilla.
“Hija, no te acuerdas del bochorno que hacía en la India? Porque seguro, es peor que aquí.” -uno de mis padres.
Entonces, al comparar temperaturas, comienzo a recordar lo vivido en ese país, que quedaba a dos aviones y un taxi de mi hogar natal...
Temíamos por nuestra vida en la carretera porque no había orden ninguno (incluso las vacas se atrevían a pasear). El picante en las comidas nos removía el estómago pero aun así asentíamos con aprobación en bares y restaurantes. Hicimos amigos muy rápido y luchamos por reanudar una normalidad inexistente en un lugar tan extraño.
Algunos pensarán que estos recuerdos míos son, inusualmente cenizos. En mi defensa diré que pertenecen a una niña asustada que se preocupaba por la mediación contra los mosquitos y la falta de agua limpia.
Hoy en día recrimino a mi antiguo yo, que no supo disfrutar de dicha experiencia. Daría lo que fuera por repetirla como es debido.