Amistades introvertidas.
Hay manuales para aprender a hacer amigos, que dan consejos útiles sobre los que construir un poco, la confianza.
Sin embargo, no me sirven porque necesito más práctica y experiencia, que teoría. Quiero saber cómo escribir mi propio manual para poder releerlo cuando sea necesario. Siempre se ha dicho que con nuestras propias palabras, la información se retiene mejor.
Actualmente, es muchísimo más difícil causar una buena impresión la primera vez que conoces a alguien que cuando éramos pequeños; bastaba con una sonrisilla y algún que otro ruidito tierno y conquistábamos a todos los presentes.
Porque relacionarse era sencillo e incuestionable. Ahora (adolescente) todo son inseguridades y ganas de superarlas deprisa, sin pensar en ellas demasiado.
La semana pasada propuse quedar para conocer a los integrantes de un gran grupo (con los que apenas he cruzado palabra) e iría disfrazada para el próximo evento friki. La idea era vernos sin maquillajes y hurgar en la singular esencia que hay en cada uno.
Suena estupendo, una tarde divertidísima de verdad. Pero, y si mis preocupaciones me sofocan? Y si digo algo que no debería? Será mejor eso que permanecer callada? No lo sé. La probabilidad de que las cosas te salgan mal, es enteramente proporcional a que salgan bien. Entonces? Escojo el azar. Arriesgarme, eso quiero.
Y sabes que tomaste la decisión adecuada cuando ya tranquilo en casa, comienzas a pensar en repetir la tarde y te riñes con impertinencia por lo que podrías haber perdido, si le hubieras cedido el control al pesadísimo pensamiento.
Son cosas que nunca han sido escritas en la mayoría de los manuales; cómo gustar al prójimo.