Célebres muertos.
Por fin llegas Halloween; mi fecha favorita. Llevo esperándote desde que acabaste el año pasado. Te he dedicado meses enteros, pensando en cómo maquillarme, cómo vestirme, cómo contener mis ganas.. Y ya te vas, qué estancia más corta la tuya.
En la cristiandad, el día de los muertos está reservado para ‘el duelo y el descanso’. Se llora, recuerda y agasaja a los que no están, con flores que tampoco durarán.
Yo no soy cristiana ni necesito dedicar un día a mis familiares difuntos porque nunca dejo de pensar en ellos. Mis fantasmas ya forman parte de mi vida cotidiana. Prefiero disfrazarme, celebrar, conocer gente nueva y confundirme entre ella.
Agradezco el festivo pero de verdad que no lo necesito. Dejémoslo en eso: una oportunidad de ocultarme bajo mis amigas las pinturas y las atrevidas medias de rejilla que no sé cómo combinar.
Así que hoy gasto mi dinero en discos de algodón y desmaquillante, en el penoso intento de retirar la sangre de mis cejas, el pintalabios de mi barbilla y mañana resumiré mi luto.