Comparto la felicidad conmigo misma.
De vez en cuando es bueno mimarse. Qué digo! SIEMPRE ES BUENO MIMARSE. Es por ello que hay veces en los que no le contamos nada a nadie. Ocasiones en las que prefieres mantener un secreto contigo mismo. Yo por lo menos lo hago mucho. Y creo que la razón principal por la que hacemos esto es por miedo. Sí, miedo a que la persona a la que justo le ibas a contar aquello que te hizo feliz,(hoy/ayer/antes de ayer) no sepa demostrar tanto entusiasmo como el que tú sientes. Entonces te lo cuentas como los cuentos que te relataban en la cama, o lo dices en voz alta, o lo susurras, o lo gritas asomado al balcón para que te oigan los árboles. A lo mejor le levantas la oreja a tu perro y se lo dices con mucha suavidad; esperando que él sea capaz de entenderte. En este instante se entra en la fase más especial del proceso. Parece que te han inyectado un chute de "ansiedad". No puedes estarte quieto. Es ahora que te percatas de los nervios y casi dejas escapar tu secreto. Librándolo así de lo más interesante: que nadie lo sabe. No tengo que juraros que no olvidaréis lo que sea que os habéis confiado. Porque desde el momento en el que decidísteis que sería vuestro, no dejáis de proyectarlo en la cabeza. Haciéndolo así eterno.