Desconocida.

Hago dos meses en esta pequeña ciudad, en un país diferente (Newton, MA) siendo la chica nueva en el colegio.

Me habré presentado cincuenta veces, inspirando profundamente para evitar que me tiemble la voz y sentirme segura. En control.

 

Es interesante ver la reacción de mis compañeros de clase, por su variedad. Algunos miran curiosos y se acercan a hacerme preguntas, otros ni siquiera levantan la vista del móvil.

 

Ser la chica nueva a estas alturas del curso tiene muchas ventajas. Por ejemplo: mi timidez y silencio son comprensibles, los profesores no esperan gran cosa de mis notas, la conversación entre mis amigos es variada y tengo más tiempo libre que antes.

 

Pensé que con el paso de los días, mi lista de privilegios iba a empequeñecer pero por ahora, sigo actuando como “la nueva” que no se acaba de integrar y se distrae con pensamientos sobre su hogar.