El cementerio en ti.
Una idea o proyecto se abandona porque nos causaba demasiada angustia que lo mejor era olvidarla, y destrozar el vínculo que nos unía. A menudo el abandono de estas ideas, conlleva a su dispersión. Nosotros tememos por ellas porque no tienen ni idea a dónde van. Intentar recogerlas es como mimarte un pie después de haber caminado sobre hielo descalzo. No sentir duele; la sensibilidad perdida acuchilla.
Pienso que lo mejor que podemos hacer por estos.. Llamémoslo fracasos, es darles un lugar donde poder recuperarse y sanar. Yo lo llamo “ el cementerio temporal.” Se encuentra dentro de mí. Aquí deposito todas mis ilusiones fallidas. Pero no temáis, que no están abandonadas; albergo todavía esperanza de algún día resucitarlas para darles una tercera, quinta y octava oportunidad.
Por el momento las dejo sepultadas, cogiendo algo de polvo. Estoy segura de volverán con más fuerza: un poco de espacio y tiempo hace maravillas.
No les puedo llevar flores como haría para la tumba de un ser querido. Sin embargo, ellas se contentan con ser recordadas a diario.