florecillas en la oscuridad.

Nunca sabes lo mucho que necesitas algo hasta que por casualidad, te ves a ti mismo haciéndolo. El sol me resulta siempre molesto. Para la piel, para pensar, para la vista... pero mientras que limpiaba la jaula a mis pajaros, sentí que por primera vez agradecía su presencia. Me gustó sentir como mi camiseta se iba calentando. Como se me pegaba a la piel. Me acordé de nuestro tiempo de duros inviernos y fuertes chaparrones. Recuerdo lo mucho que agradecimos la primavera. Y es que, me doy cuenta que somos como pequeñas flores. Las flores necesitan el sol para fabricar su comida y crecer, necesitan agua, tierra estable donde asentar sus raíces, abundantes minerales... Oxígeno y Dióxido de carbono. No es curioso lo mucho que nos parecemos? Debemos ser como ellas, convertir el dióxido de carbono (mal estar) en oxigeno (good feeling) Por el bien de uno mismo y por el del grupo. Nunca están solas, se cuidan las unas a las otras. Son una beneficiosa comunidad. Debemos aprender de ellas. Aunque sin quererlo, ya hay una parte de nosotros que ha madurado. Que inspira sólo lo bueno. Inspira..... ahhhhhhhh.