Ganas esfumadas.
A pesar de que nuestro cerebro lo controla todo, pienso que nos dividimos en dos mitades. Y las personas muy muy especiales, se dividen en más. Algo que sólo captan los demás. Pero tenemos dos como mínimo: La parte que corresponde a nuestra edad y la que no lo acepta. Oyen las órdenes dadas por la mente de la misma manera, aunque luego se rebelen para actuar como quieran. Y en ocasiones esto me frusta mucho porque ir en contra de uno mismo es inhumano. Mandarte a callar con seriedad no es bonito, tener que aplacar esas bonitas ilusiones tampoco. Sí es necesario porque al final tener que afrontar las cosas tal y como son es más duro que regañarte. Yo llevo toda la tarde esperando a algo que no llega. Y estoy empezando a pensar que debería corregirme, ser más realista… Claro, que la vida no sería tan divertida.