Las muñecas son malas.
Por fin sábado. Hoy os quiero hablar de mis muñecas. Desde que era muy pequeña, nunca me han gustado las barbies, ni las nancies ni nada de eso. Pero había un par de muñecas de porcelana preciosas, que me gustaba contemplar. No las podía coger; eran frágiles y delicadas. Además de éstas, mi madre compró al yo nacer, una entera colección de hadas. También de porcelana. No las llegué a ver hasta hace un par de semanas al sacarlas de mi armario. Entré como en una especie de trance... Y PUM! Empecé a cuidadosamente, llenar mis estanterías de muchas de las hadas. Saqué las muñecas. Les hice un hueco junto a las hadas. Debo reconocer que, había algo en muñecas, marionetas y payasos.. Que desde siempre, conseguían asustarme. Creo que es por esa razón que nunca me gustaron. Ayer conseguí mirarlas de otra manera. Como, simples juguetes. No sin dejar de admirar sus grandes ojos y sus largos cabellos. Al caer la noche, encendí mi foco para acabar con el libro pendiente (el que os mencioné de Katherine Pancol; "los ojos amarillos de los cocodrilos."). La luz del foco iluminó el rostro de todas las hadas y muñecas. Creó sombras. Sus pómulos se acentuaron, Ya no tenían color. Sólo el reflejo castaño de sus largas pestañas. Volví a sentir miedo. Regresé a mi yo de tres años. Las muñecas consiguieron asustarme de nuevo. La comisura de sus finos labios, parecía estrecharse. Disfrutaban, las muy malvadas.
VÉIS LO QUE OS DIGO?!!