Lazos mágicos.

Amo las casualidades de la vida porque son parecidas a la súper luna que tuvimos hace poco (15 de diciembre, 2016); escasas y preciadas. Todo ser, por muy pequeño que sea, está compuesto por infinidad de cosas. Son como las fibras de celulosa que mantienen un trozo de servilleta. Pues creo que nuestra vida la forman las casualidades. Como los lazos suaves entrelazados del mejor vestido en tu armario. No conocen límite, no tienen memoria;

 

Es alucinante, mi padre me dejaba en éste mismo semáforo donde yo os dejo ahora mismo. Yo estaría aquí media hora antes que vosotros.” -Mi madre por enésima vez desde que aprendimos a atajar el camino al colegio.

 

Mi madre nos deja en una calle muy cerca del colegio y esta mañana nos volvió a contar cómo su padre (mi querido abuelo), la llevaba en coche en el mismo sitio donde nos bajábamos nosotros. Estoy segura que ella no se da cuenta que ya le hemos oído la historia. Pero la verdad es que me encanta escuchársela porque la veo rebuscar en las desordenadas carpetas de su memoria. Están repletas de momentos únicos. Casi puedo ver revivir al recuerdo y chispear como lo haría una bengala. Imagino a mi abuelo echándola de la furgoneta, con sus muchos papeles, su pelo desordenado. Rebobino una y otra vez porque el pensamiento me divierte.

Cuando salgo de mi coche, dejo que la magia del pasado me envuelva. Tan sólo le concedo un único segundo, antes de cerrarle la puerta. Quiero conservar su esencia para que cuando vuelva a abrocharme en mi asiento, al final del día, me vuelva a invadir. Pues ahora lo sabéis, tantas posibles calles donde bajarnos y nos toca ésta. Algunos diréis que es imposible que sea una casualidad. Pero cómo nos acabamos encontrándonos con ella, si no se puede buscar una casualidad?

Las mañanas escolares son bonitas.

 

Resultado de imagen de lazos magicos