Naturalidad.

Sé que nos cuesta mantener la paz. 

No somos la familia ideal pero hoy he percibido un pequeño destello de unidad, que ha hecho que confesara por fin. 

Aún tengo que hablar con los que faltasteis a la gran comida de año nuevo pero ahora me siento lo suficientemente fuerte para afrontarlo. Voy a estar más relajada en las próximas conversaciones.

 

Debo pediros perdón por aislarme en mi interior y ocultaros grandes verdades que os habría gustado saber. 

Haber asumido lo peor, era uno de mis pésimos mecanismos de defensa. Creí que así me estaría preparando si acababais por odiarme o rechazarme. A lo mejor he podido resultar más distante por eso.

Tampoco estaba del todo convencida de que fuese capaz: salir del armario siempre es difícil. Hay que arriesgarse, ser valiente y afrontar cada pequeña incertidumbre. 

 

Igual necesitaba que alguien me diese un empujoncito pero estaba siendo una egoísta con mis indirectas. 

¿Cómo iba a pretender que lo adivinaseis con sólo un cambio de look y mis silencios? Son pistas demasiado sutiles. 

¿Cómo podríais comprenderme si no os dejaba hacer preguntas? 

No tenía ningún derecho a exigir tanto.

 

Pero también quería daros las gracias porque sé que en el fondo, muchos de vosotros os lo imaginabais ya y habéis esperado pacientes a que yo estuviese preparada. 

Vuestros mensajes de apoyo me han conmovido y se me caen las lágrimas sobre la sonrisa, mientras escribo. 

No podía haber pedido una reacción mejor. 

Me siento aceptada pese a las posibles diferencias.