"No crezcas; es una trampa."
La famosa lección que Peter Pan (eternamente niño) da a Campanilla, su hada compañera. No crezcas.. Pensé, a lo largo del día de hoy.
Nos dirigíamos a Almensilla a celebrar el cumpleaños de mi prima más chiquita. Mi hermano Juan y yo, le inflamos tres enormes globos que ocupaban los dos asientos traseros (uno amarillo, otro verde y el último azul).
Al llegar, dejamos a los tres fantásticos en el salón: a la vista de todos. Mi tía (madre de la cumpleañera) nos dio las gracias: “Cómo van a disfrutar las pequeñas.”
Y los que no lo son pensé yo, sonriéndole a mi hermano con complicidad. Aguantamos diez minutos de conversación con nuestros parientes. Sin poder resistirnos más, comenzamos a darle pataditas al globo más cercano (el amarillo). Pronto nos sumergimos en un juego emocionante y concienciado, patinando sobre el suelo de mármol y afrontando el ocasional porrazo contra la pared. Reímos hasta que los demás vinieron a preguntar qué nos divertía tanto. Les conté que ahora, con mi nuevo cuerpo (alto y ágil) me resultaba mucho más fácil alcanzar los globos. Juan coincidió conmigo; “apenas se me caen”. No tuvimos que hacer ningún esfuerzo sobrenatural para evitar que se cayeran.
Pues, una vez anotada la observación, resumimos el juego que llegó a su fin con la muerte de los tres globos.
Quiero decir Peter y creador, que os equivocabais, que es necesario crecer y que todo son ventajas (por lo menos al jugando con globos.)