Reanimadas pasiones.

Qué le pasa a una cerilla tras 1 minuto de haberla encendido? Pues que se apaga, y aunque la vuelvas a rasgar contra el paquete no conseguirás encenderla. Pero sí que volverá a la vida si se acerca a un fuego que llevaba mucho tiempo prendiendo. Entonces, el haberse apagado no compite con esta intensa, nueva llama.

    Nuestras pasiones son como cerillas; pueden brotar por su cuenta o necesitar a alguien que las guíe. Por ejemplo: yo y los animales. Creo que se desarrolló gracias a mi padre y abuelo. Mi padre habla con los animales con tanto cariño, que una cúpula parece formarse a su alrededor. Alejando toda negatividad. Mi abuelo se entregaba a ellos con tal devoción, que me hacía desear tanta atención. Acabé convirtiéndome en una mezcla de ambos. 

    Es muy díficil identificar pasiones sin ayuda. Por eso, si un ser querido te introduce a su mundo (del que habla con tanta emoción), lo normal es rendirse para formar parte de él. Dicen que rendirse es de cobardes e impotentes pero no cuando se ha desvelado un sentimiento maravilloso. Es casi un talento! 

    Y así es como se identifica a alguien pasional. Son radiantes, emanan ilusión. Sé como ellos; busca ese fuego que te devuelva la vida, como yo hice con la cerilla que se me apagó ayer.

 

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