Tristan, el gato gordo.
Hoy escribo especialmente para mi tía Pili, (mi fiel lectora) y para tu Tristan; el gato gordo de la familia. Querrás ocupar tu cabeza en temas mejores. Tristan murió ayer en la clínica del veterinario. A pesar de que su carácter era díficil: poco amigable, solitario.. Sus ojos verdes plasmados sobre anaranjadas rayas, no serán nunca olvidados. Cuando vamos de visita a tu casa, pienso en el inmaculado suelo, en la reluciente encimera, en el cargado balcón. Y en la agazapada figura del gato. Sigilosa. Elegante. Atenta. Pisar de nuevo en el piso supondrá un gran vacío. Siento como si hubiéramos desplegado las cortinas y los rayos del sol barrieran su sombra. Hacia un recuerdo más brillante.
se parecía muchísimo a Garfield. Sólo le faltaba a Odie, el perro.