Un instinto maternal muy joven.
“Ya lo entenderás cuando seas padre.”
Quién no ha oído esa frase más de una vez? O.. “Si si.. A ti también te tocará.”
Yo la oigo continuamente. Y es que el mito que vengo a desmentir hoy es que los niños no comprenden lo que es ser padre. Veréis, hace un mes me hice un pendiente. Es delicado y el hombre que me lo hizo insistió en que volviera al sitio un día a la semana para revisarlo. Está cerca, solo a dos calles del colegio. Diréis.. Qué rollo, siempre lo mismo. A mí me gusta ir porque es la hora de salida de muchos niños. Antes de continuar, debo explicaros qué se siente al tener memoria. Crear recuerdos es cómo hacer una foto. Lo curioso de ella es que fotografía lo que quiere, lo inesperado. Bueno, pues mi memoria tomó una foto a una niña pequeñita que hizo que me desviara de mi camino (hacia el estudio de pendientes). Calculé que tendría cuatro años. Su mochila era tan grande que le sumaba altura. Tenía gafas; eran redondas y celestes y le enmarcaban las mejillas redondas además de resaltar su palidez. Me encantó, y eso que yo no la conocía de nada. Su padre le tiraba con fuerza del brazo. Pronto arrastró también su mochila porque se le resbalaba hacia un lado. Todavía llevaba el delantal, esos que les ponen en el comedor. Me di cuenta que había acabado en la acera de en frente porque no me gustó la rudeza con la que su padre la trataba. Pensé que tendría tanta prisa porque tendrían que coger un autobús pero aún así… Me molesté más de lo que yo creía posible. (Yo me encontraba muchos pasos más atrás) Cuando me recompuse, me di cuenta que mis manos se habían moldeado como para sujetarle la mochila a la pequeña. Fue asombroso. Desde entonces creo firmemente que ese.. Llamémoslo instinto, no se desarrolla durante el nacimiento de tu primer hijo. Se nace con él, es una de nuestras atesoradas cualidades que deberíamos empeñarnos en preservar.