Vivir conjugando.
Seguro que habéis escuchado esta frase antes; “Un gran error es arruinar el presente, recordando un pasado que ya no tiene futuro.” No quiero defender mi opinión con demasiado ímpetu porque hay algo de verdad en ella. Poca, muy poca. Vengo a desmentiros esta frase porque me siento engañada cuando la leo en estados de whatsapp y descripciones en instagram. Pienso que dejar de pensar en el pasado es renunciar a una parte de ti. A tus recuerdos, a la niñez en la que se jugaba a las cocinillas y nos enseñaban a juntar nuestros pensamientos con coherencia. Son recuerdos tiernos y enteros. Estamos, inevitablemente, vinculados a ellos. Olvidarlos sería como darle un corte a un lazo de seda. Limpio, eficaz e irreversible. Algunas personas estarán deseosas de dejarlo atrás pero yo no sabría comportarme sin mi pasado.
Y qué hay del futuro? Sabéis de qué está hecho? Pues de ilusiones, esperanzas, de proyectos inacabados, de frustraciones y oportunidades, rupturas y desolaciones. Centrarse en un único tiempo (el presente) devoraría la curiosidad de lo que está por llegar. Como ver partir un barco sin saber dónde va.
Yo os digo que las conjugaciones tienen su propósito y no sirve de nada aprenderse un trocito. En el colegio nos exigen memorizar todos los tiempos y modos. Vivir es un verbo que puede conjugarse, así que renuncia a la idea del presente. No te traiciones, no le seas infiel a las anteriores y futuras versiones de ti porque al fin y al cabo sois la misma persona.