Y voló....

A mi abuelo le encantaban los pájaros. Durante su enfermedad se dedicó a criarlos. Todo empezó con un jilguero y un gorrión. Y de ahí salieron preciosas mezclas, todas distintas de la otra. Llevo esperando semanas a que el pajarito que yo escogí pudiera comer por sí solo. Es el más pequeñín y está despeluchado por la cabeza y nuca. Veréis sus padres se las arrancaba. Sonará cruel pero no quiero que le vuelvan a crecer. Es que tal y como está me recuerda muchísimo a mi abuelo. Quizás por eso tenía tantas ganas de llevármelo. Anuncio que lleva 5 días en mi casa junto con otro pájaro que eligió mi madre. Resulta espeluznante como un animal puede recordarte a un ser querido. Espeluznante pero reconfortante. Yo hablo con mi abuelo todos los días. Él no se ha ido. 

Debería dejar de escribir en informática..