Durante muchos largos años me sentí miserable. No me gustaba mi colegio, no supe encauzar los problemas que me rodeaban y acabé por encontrarme perdida y muy sola.
Lo único que verdaderamente disfrutaba por aquel entonces, era escuchar el retumbar de un tren de cargo que pasaba todas las mañanas frente al patio donde nos obligaban a permanecer durante el recreo. Busqué refugio en la escritura y también en el dibujo (pero me causa más frustraciones).
Me gustan las mañanas frías, el olor a quemado, los girasoles, las tomentas y el mar. Paso gran parte de mi tiempo libre enfrascada en un libro o tocando el piano. Empecé a hacer públicos mis artículos en 2015, con 13 años.